Los elementos fundamentales del modelo pedagógico resaltan la noción de que cualquier entorno educativo puede entenderse mediante la interacción de tres variables clave: los estudiantes, los docentes y los contenidos o conocimientos.
El estudiante como centro del modelo
Aunque la educación tradicional enfatiza el papel central del docente como el actor principal en el proceso educativo, el modelo pedagógico aboga por un enfoque diferente al posicionar al estudiante como el protagonista, siendo así que esta perspectiva implica un cambio fundamental en la dinámica educativa al reconocer la importancia de capacitar al estudiante en su propio proceso de aprendizaje.
El estudiante y el conocimiento
Una de las consecuencias esenciales que deben derivarse de todos los modelos educativos es el fomento del desarrollo de la capacidad de aprender de manera autónoma, convirtiéndose en el núcleo de la formación, más allá de la simple retención de contenidos específicos, este cambio de enfoque implica un replanteamiento en la manera en que se concibe y ejecuta la enseñanza, priorizando la habilidad del estudiante para aprender por sí mismo.
El estudiante, los contenidos y los materiales
En el ámbito de la educación a distancia, se reconoce la imperiosa necesidad de considerar y valorar los conocimientos previos del estudiante, esto no solo contribuye a la construcción de un entorno de aprendizaje estimulante, sino que también destaca la importancia de diseñar los contenidos y materiales de manera coherente con el plan de estudios. En este contexto, lo que adquiere relevancia es no solo qué debe aprender el estudiante, sino también cómo debe abordar y aplicar conscientemente esos contenidos, de esta forma, las unidades didácticas adquieren un papel crucial al orientar de manera efectiva el proceso de aprendizaje.
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